EL LADO OSCURO

He pasado al lado oscuro. Sólo han sido unas pocas horas, pero lo he hecho. Y lo peor de todo... no me siento culpable!

Ricard y yo siempre intentamos cocinar cosas ricas, sanas, creativas... pero después de un fin de semana intenso de trabajo, estress, de ir de un lado para otro... al llegar por fin a casa no estábamos para andar aspirando a estrellas Michelin y nos hicimos de cenar... UNA HAMBURGUESA!!! Que bajen los dioses y me se lleven!

Y lo peor de todo es que no me arrepiento. Estaba riquísima. Y todo esto me hace reflexionar sobre si no nos estamos volviendo demasiado papanatas en criticar por criticar, y no nos detemos a reflexionar. La hamburguesa que el Richal y yo nos metimos entre pecho y espalda era un trozo de carne de ternera riquísimo con lechugas, rodajas de tomate natural, cebolla y una loncha de queso danés Havarti, que es la perdición de cualquier mortal. Todo natural y todo con sus vitaminas y proteínas que tan bien vienen a nuestro cuerpo serrano. Pero oímos "hamburguesa" o "pizza" y ya nos ponemos las manos en la cabeza.

Deberíamos ser conscientes que una dieta equilibrada no consiste en huir de alimentos estigmatizados, sino comerlos en su justa medida. Y que una buena hamburguesa o pizza caseras (que no es más que carne, pan y hortalizas) de vez en cuando no sólo no son perjudiciales sino que son beneficiosas para la salud (por no hablar del placer de hincarles el diente).

No sé si para aliviar el cargo de conciencia o porque estaba de vicio, acompañamos la hamburguesa con una ensalada de lechugas variadas, canónigos, jamón ibérico, queso de cabra y nueces. (Y la gente haciendo cola para comer en el Bulli... aiiinnssss....)

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